Jose T. Hernandez

El día 5 de Noviembre de 1939, nació en la pintoresca ciudad de Barceloneta, Puerto Rico Jose T. Hernandez. Fueron sus padres, Teófilo Hernández y Reyes Rios. Con gran calor humano recibieron en el seno de su hogar al único hijo varón de este matrimonio, el que más tarde se convertiría en nuestro amado padre; un hombre que le caracterizaba su pasión por su familia. El día 6 de Mayo de 1965, contrajo nupcias con Zarahi Soto Garcia, un hermosa joven miembro de la congregación a la que pertenecían en su mismo pueblo natal. De esa unión nacieron sus hijas Wanda, Raquel, Sarai, Brunilda y Ruth Deliz; sus hijos José Esteban, Andrés y José Tomás, los que le dieron el hermoso regalo de ser abuelo de 19 nietos y 3 bisnietas. Estos conformaron su hermoso círculo familiar y a los que enseño a amar a Dios por sobre todas las cosas. Papi siempre fue una hombre apasionado de la palabra de Dios y de la música, don que heredamos. Mami y el siempre cantaban y adoraban al creador juntos y ahora lo están haciendo en el cielo como el anhelaba. Teo como cariñosamente le llamaban era un gran hombre de Dios, teólogo, educador, filosofo, músico y sobre todo humilde servidor predicador del evangelio. Termino sus Doctorado en Teología, y conformo una Federación de Capellanes Internacional. Su pasión siempre fue el servicio, en muchas ocasiones fue padre, abuelo, consejero de muchos de los que a él se acercaron. Hoy, tanto sus hijos como sus hermanas; aunque con el corazón quebrantado, celebramos la partida de "Teo" hacia la eternidad, pues está establecido por Dios al final transitar por esa vereda hacia lo eterno. No diremos adiós, solo hasta luego; pues nos veremos en la preciosa mañana. "La muerte no la pudo vencer; pues vive por que Cristo vive". Gracias por compartir con nosotros este momento de victoria, haciéndolo uno tan especial. Te extrañaremos y te recordaremos por siempre pero el cielo a ha ganado un guerrero excepcional. Romanos 8:28 Y sabemos que a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, es a saber, a los que conforme al propósito son llamados. Romanos 14:7-9 7 Ninguno de nosotros vive para sí y ninguno muere para sí. 8 Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. 9 Cristo para esto murió, resucitó y volvió a vivir: para ser Señor así de los muertos como de los que viven.

Jose T. Hernandez

November 5, 1939 - October 31, 2015